Voces de Logos
Revista de la coordinación de humanidades y artes
Editorial
Más que cualquier invención particular, la escritura ha transformado la conciencia humana.
W. Ong. “La escritura reestructura la conciencia”
Cualquier convocatoria que incluya el ejercicio del pensamiento, de razonar e intercambiar puntos de vista, sin la imposición, en donde se puede debatir pero no descalificar por antonomasia, emociona e interesa, si es así, siempre participaremos con entusiasmo.
Voces de Logos surge afortunadamente y en este momento, como un pretexto para escribir, dialogar y respetar diferentes opiniones; quizás sean similares aunque nunca iguales, encontradas y contrarias, de tal suerte que se refleje el espíritu logoíta. El principio de esta aventura, -en efecto, ¡tiene un principio, un origen!-, tendrá una línea: podemos disentir, tendremos en ocasiones que discutir, prohibidos los absolutos del orden de, estás conmigo o contra mi.
En congruencia con lo anterior, cada número girará en torno a una temática particular y los responsables de la línea editorial, incluirán por supuesto en la revista escritos de nuestras alumnas y alumnos, decidirán si es factible la participación de algún invitado, de las mamás y papás de nuestra Comunidad, de ex alumnos y ex maestros e incluso de alguna personalidad del mundo de las letras, las artes y el deporte.
Es por ello que conviene cuestionarse, ¿para qué escribir?, en palabras de mi cuate Comte-Sponville, no nos conformamos con resistir individualmente al olvido: añadimos huellas a las huellas, obras a las obras; en efecto, la Comunidad del Colegio Logos, se resiste al olvido, así como al pasajero efímero del tren de este viaje que llamamos vida; ¿y si trascendemos?, nos preguntamos permanentemente en nuestro ser y por qué no, en nuestra alma.
Y justamente en estas categorías que parecieran pasadas de moda o que ya no sirven, incluso rayanas en la ofensa posmoderna, es que surge este primer número de nuestra revista Voces de Logos, que llamamos “Posmopolitan”, cuyo hilo conductor será el de la posmodernidad, sus vericuetos y laberintos, sus respectivas seducciones, sus pesadillas, así como sus posibilidades y alternativas.
En ese sentido, los docentes del área de Humanidades y las Artes del Colegio Logos, inauguramos con mucha pasión este ejercicio y sin más preámbulo, les presento de manera general los textos que la conforman. En primer término, la maestra Valeria nos lleva por un interesante recorrido del plot twist y nos invita a arriesgarnos;
el profesor Santiago habla de una manera muy elocuente y reflexiva sobre el poscoronialismo y el maestro Ángel Molina escribe para despertar nuestro interés por la minificción, así como Jure nos platica de un tal Jaime que huye por miedo a los embates posmodernos...para ir a ningún lugar por desgracia.
Y de pronto hay pre-textos, en esta ocasión invitamos a un querido ex alumno, José Emilio, que nos comparte una serie de reflexiones en torno al streaming y su estrecha relación, por no decir los componentes de una ecuación, con las características posmodernas; además, el maestro Óscar Buendía, en el marco del “Cuarto encuentro de Filosofía”, defiende, como siempre lo ha hecho para quienes lo conocemos y apreciamos, a la ética como un arma poderosa ante el fantasma de la deshumanización.
También contamos con la participación del maestro Ernesto Rizo, que escudriña en torno a la dialéctica: realidad impuesta-asfixiante y una nueva forma de convivencia que tiene el derecho de alejarse. Otro invitado de lujo, nuestro querido Carlitos Warden, que en esta oportunidad, plantea la importancia de las reescrituras, su vigencia, sus posibilidades y oportunidades.
En este número, participa una maestra muy querida, Pili, que desde la arquitectura de su corazón, nos regala unas conclusiones sobre el Amor líquido de Z. Bauman; en otro tenor, la maestra María Fentanes llama la atención afortunadamente y a tiempo, sobre los peligros de navegar sin rumbo por las redes sociales, que pueden en un momento dado, ahogar al narciso posmoderno que todos llevamos dentro, o incluso, seducirnos para sacarnos una selfie con Caronte para subirla al Instagram.
Nos acompaña en este viaje, el buen Jeipi, con un estilo ácido, punzante, por supuesto plausible, requerimos de estos textos y de él, más allá de la hiperjaladaposmodernista. En una frecuencia similar, la maestra Zulema nos regala una reflexión en torno a las paradojas del mundo actual, articula las ideas tanto de Bauman como de Lipovetsky, para recordarnos que el vacío puede durar tan poco, como si al sarcasmo le diera flojera vestirse hoy de paradoja.
También colaboró para nuestra revista, mi entrañable amigo Horacio Guarneros que radica en la ciudad de Chetumal, él es historiador y nos comparte algunas consideraciones de la transición de la modernidad a la posmodernidad, y por último, un servidor que juega el juego de la posmodernidad, con todo y sus trampas.
Salud y bienvenidos a esta buena nueva.
Gustavo Mendoza.
